El president antepondrá la "reivindicación democrática" del derecho a votar a la opción política de la independencia | El "Dejadnos votar" también centrará la estrategia en Madrid y el resto de España | Mas ejercerá como president "de todos" y se desmarcará del sí y sí de CDC
Tras cerrar el acuerdo de la consulta
para el 9 de noviembre, el presidente de la Generalitat,
Artur Mas, se dispone a lanzar una ofensiva
internacional bajo el lema "Let us vote"
("Dejadnos votar"), con la que pretende
centrar su discurso en la "reivindicación democrática de
votar", por delante de la "opción política" de la
independencia.
El presidente de la Generalitat tiene acumuladas numerosas solicitudes de medios de comunicación internacionales interesados en conocer de primera mano el desarrollo a corto, medio y largo plazo del proceso soberanista catalán. Mas ha venido reservando sus apariciones mediáticas y ha remitido las propuestas de entrevistas y conferencias en el extranjero, especialmente en medios y países de la Unión Europea, hasta después del acuerdo sobre la consulta. La estrategia, que se pretende "de comunicación y sobre todo pedagógica", se activará a la vuelta de las vacaciones de Navidad y la intención es repetir una y mil veces la idea "dejadnos votar".
Según ha comentado con sus colaboradores, "el principio democrático es lo que entiende todo el mundo y es más susceptible de recabar apoyos". El presidente de la Generalitat parte de la base de que buena parte de la batalla por el derecho a decidir de los catalanes se juega en el escenario europeo.
El president ya ha explicado en más de una ocasión que sus interlocutores internacionales le expresan "comprensión" cuando plantea el derecho a decidir y "preocupación" cuando les habla de independencia. La estrategia del president también tiene bastante que ver con la actitud cerrada del Gobierno y los partidos políticos españoles. "El gran reto ahora es ganar la consulta, y nada nos debe distraer de esta conquista democrática", comentó la cúpula de CDC en la última reunión del comité ejecutivo celebrado el viernes.
En la conversaciones que ha mantenido con la cúpula de su partido, Mas ha destacado la transversalidad que caracteriza el pacto alcanzado, y eso le obliga ahora más que nunca a "ejercer como presidente del país y no como líder de partido". Esto significa que Artur Mas marcará distancias con la estrategia de Convergencia Democrática, que, a diferencia de su socio en la federación, Unió Democràtica, ya se ha pronunciado por el sí a la independencia inmediatamente después de conocer la pregunta. El president "respetará los puntos de partida que manifieste cada uno de los partidos" y políticamente se mantendrá au-dessus de la mêlée, defendiendo estrictamente la consulta y el derecho a decidir.
En paralelo a la ofensiva internacional, Mas también quiere hacer pedagogía en España con el lema "Dejadnos votar", que será la idea fuerza con la que el Parlament llevará al Congreso de los Diputados la Petición de delegación de competencias a la Generalitat para convocar el referéndum. Pese a la reacción tan herméticamente cerrada del Gobierno español y también del PSOE, Mas continuará practicando todas las vías de diálogo con las instituciones del Estado. No está prevista una reunión formal en la Moncloa con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pero sí que está previsto que hablen en los próximos días. De hecho, no han dejado de hablar ni de cruzarse mensajes, aunque el acuerdo de la pregunta ha sorprendido en la Moncloa y también en el PSOE. Según fuentes gubernamentales, la inclusión de la segunda pregunta sobre la independencia, pero, sobre todo, la defensa del doble sí anunciada por Convergència Democràtica es lo que en Madrid se considera "un salto cualitativo que convendría aclarar". La tesis madrileña peor intencionada se basa en sostener que todo se está desarrollando de acuerdo con la hoja de ruta de Oriol Junqueras y no de Artur Mas. Es una estrategia que pretende la división del movimiento soberanista, ahora más cohesionado tras el pacto del Palau. El acuerdo de la consulta garantiza la estabilidad del Govern, pero aún mucho más importante es que ha aumentado el clima de confianza política y personal entre los líderes de los partidos que defienden el derecho a decidir. Todos se sienten ahora protagonistas de la misma historia y más comprometidos que nunca en mantener la cohesión y la unidad de acción de fuerzas políticas ideológicamente tan distantes.
El presidente de la Generalitat tiene acumuladas numerosas solicitudes de medios de comunicación internacionales interesados en conocer de primera mano el desarrollo a corto, medio y largo plazo del proceso soberanista catalán. Mas ha venido reservando sus apariciones mediáticas y ha remitido las propuestas de entrevistas y conferencias en el extranjero, especialmente en medios y países de la Unión Europea, hasta después del acuerdo sobre la consulta. La estrategia, que se pretende "de comunicación y sobre todo pedagógica", se activará a la vuelta de las vacaciones de Navidad y la intención es repetir una y mil veces la idea "dejadnos votar".
Según ha comentado con sus colaboradores, "el principio democrático es lo que entiende todo el mundo y es más susceptible de recabar apoyos". El presidente de la Generalitat parte de la base de que buena parte de la batalla por el derecho a decidir de los catalanes se juega en el escenario europeo.
El president ya ha explicado en más de una ocasión que sus interlocutores internacionales le expresan "comprensión" cuando plantea el derecho a decidir y "preocupación" cuando les habla de independencia. La estrategia del president también tiene bastante que ver con la actitud cerrada del Gobierno y los partidos políticos españoles. "El gran reto ahora es ganar la consulta, y nada nos debe distraer de esta conquista democrática", comentó la cúpula de CDC en la última reunión del comité ejecutivo celebrado el viernes.
En la conversaciones que ha mantenido con la cúpula de su partido, Mas ha destacado la transversalidad que caracteriza el pacto alcanzado, y eso le obliga ahora más que nunca a "ejercer como presidente del país y no como líder de partido". Esto significa que Artur Mas marcará distancias con la estrategia de Convergencia Democrática, que, a diferencia de su socio en la federación, Unió Democràtica, ya se ha pronunciado por el sí a la independencia inmediatamente después de conocer la pregunta. El president "respetará los puntos de partida que manifieste cada uno de los partidos" y políticamente se mantendrá au-dessus de la mêlée, defendiendo estrictamente la consulta y el derecho a decidir.
En paralelo a la ofensiva internacional, Mas también quiere hacer pedagogía en España con el lema "Dejadnos votar", que será la idea fuerza con la que el Parlament llevará al Congreso de los Diputados la Petición de delegación de competencias a la Generalitat para convocar el referéndum. Pese a la reacción tan herméticamente cerrada del Gobierno español y también del PSOE, Mas continuará practicando todas las vías de diálogo con las instituciones del Estado. No está prevista una reunión formal en la Moncloa con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pero sí que está previsto que hablen en los próximos días. De hecho, no han dejado de hablar ni de cruzarse mensajes, aunque el acuerdo de la pregunta ha sorprendido en la Moncloa y también en el PSOE. Según fuentes gubernamentales, la inclusión de la segunda pregunta sobre la independencia, pero, sobre todo, la defensa del doble sí anunciada por Convergència Democràtica es lo que en Madrid se considera "un salto cualitativo que convendría aclarar". La tesis madrileña peor intencionada se basa en sostener que todo se está desarrollando de acuerdo con la hoja de ruta de Oriol Junqueras y no de Artur Mas. Es una estrategia que pretende la división del movimiento soberanista, ahora más cohesionado tras el pacto del Palau. El acuerdo de la consulta garantiza la estabilidad del Govern, pero aún mucho más importante es que ha aumentado el clima de confianza política y personal entre los líderes de los partidos que defienden el derecho a decidir. Todos se sienten ahora protagonistas de la misma historia y más comprometidos que nunca en mantener la cohesión y la unidad de acción de fuerzas políticas ideológicamente tan distantes.